Cultura física

Culturismo de antes. Actividad física y Vida saludable.
Y otras cosas por el estilo...

Imperdible en este blog, y de especial interés para los lectores de Argentina, una pequeña historia sobre los 'patovicas':
Parte 1: Introducción (a modo de cuento, sobre 'Patos' y 'Pingüinos')
Parte 2: Continuación (en tono humorístico)
Parte 3: Recopilación de testimonios varios disponibles en la WEB (la cosa se pone seria)
Parte 4: Entra en escena Rubén Peucelle
Parte 5: Un paseo por los balnearios de Olivos (¡Otra que Muscle Beach!)
Parte 6: La casilla de Olivos
Parte 7: Reflexiones finales (de la pluma de Francisco Loiácono)

Extra: Los patos de Don Víctor Casterán, fundador de la granja de los legendarios "Patos VICCAS"

NOTA: este es un blog ancho y eso podría dificultar la lectura. Es posible copiar y pegar en un archivo de texto, para facilitar un poco las cosas.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

¡Ohhh!... ¡Los Patovicas! - (parte 1)

Para inaugurar este blog, orientado a la cultura física y demás culturas,
¿de qué otra manera podría empezarse sino relatando cómo fue el origen del fisicoculturismo en la Argentina?
Y como en este país a los físicoculturistas se los apoda "Patovicas", me pareció bueno saber cómo surgió este término, a veces usado un poco despectivamente.
Precisamente para quitarle a la palabra "patovica" un poco de su carga negativa, empiezo esta historia un poco en broma (en las partes 1 y 2), y bastante en serio (a partir de la parte 3; hasta concluir en la parte 7). No es mi intención ofender a nadie con lo que digo, créanme, yo también soy físicoculturista. Cuando tenía 15 o 16 años de edad, mi papá me presentó una vez ante sus amigos diciendo "-Este es mi hijo. Es medio patovica..."; todavía me pregunto qué habrá querido decir. Yo, por mi parte, digo así:

En la provincia de Buenos Aires (Argentina), hubo una vez una raza de patos deportistas -y de esto hace ya más de cincuenta años- . Estos patos eran conocidos bajo el nombre de "Patos Viccas" o, sencillamente, "patovicas". Eran de aspecto atemorizante, y sin embargo muy mansitos. Parece ser que estos bichos tenían su hábitat natural en las playas de la localidad de Olivos, Partido de Vicente López. Ahí cerquita de la Quinta de Olivos donde ahora pasan el rato los pingüinos emperadores, pero esa es otra historia. Aunque, note Ud. qué curioso, estos pingüinos que acabo de nombrar conviven en armonía con otra variedad de patovicas, los patovicas salvajes (una variedad reciente, que no existía cincuenta y cinco años atrás).

La cuestión es que el origen de los patovicas era un misterio. Muchos los habían visto, y quienes no los habían visto sabían de su existencia por testimonios de un amigo o un vecino. Aún así, permanecía la incógnita: ¿de dónde rayos salieron estos patovicas?

(continúa en la parte 2)

No hay comentarios: